top of page

De nada sirve dedicar más tiempo a los hijos si ese tiempo se convierte solamente en estar simultáneamente en el mismo lugar. Es importante que ese tiempo de convivencia, permita reforzar la relación y contribuir a que, tanto padres/madres como hijos, a través de esa convivencia, sean mejores personas. Pero eso no sucede solo, ¡hay que provocarlo! Para ello, es importante realizar acciones enfocadas a ese propósito, entre las que pueden considerarse las siguientes:
1. Demostrar interés: Cada vez que un hijo comenta algo, demuestre interés en lo que está diciendo, mediante algún comentario positivo como: “Me gustó esa idea”, “¡qué interesante!”, etc. Mantenga el contacto visual y asienta con la cabeza, para demostrar que le está prestando atención.
2. Empatía: Muestre que realmente está en sintonía con lo que su hijo o hija está sintiendo. Si la hija está triste porque cortó con su novio, es necesario hacer lo posible para ponerse en su lugar y demostrárselo. Esto no puede fingirse: tiene que ser auténtico. Si no pueden “sintonizarse” los sentimientos, al menos hay que decir algo como: “seguramente esto debe estar provocándote “mucha tristeza”.
3. Aceptación: Es una forma de demostrar respeto, aun cuando el hijo o hija diga algo con lo que usted no esté de acuerdo. El hecho de decirles “entiendo que esto es importante para ti” o hacer un breve resumen de la idea presentada por éste, le hace ver que se le escucha, que le presta atención. En estos casos hay que evitar interrumpirlo para debatir sus puntos de vista, hasta lograr que el hijo sienta que se le comprende. Después usted buscará el momento y la forma, si fuere el caso, de compartir su punto como padre o madre
4. Alegría y sentido del humor: Se requiere hacer lo necesario para que el tiempo que se pasa en familia, y con cada uno de los hijos, esté salpicado de detalles, ingenio, risas y alegría. Eso hace que los momentos de convivencia sean memorables.
bottom of page